Sala de Prensa

No existe festival de acordeones en Colombia donde el apellido Arrieta no haga gala de su legado musical, y siempre esté inmerso a la hora de integrar un conjunto típico para luchar en cualquier tarima por una corona de reyes.

Y el Festival de la Leyenda Vallenata no es la excepción, concurso donde la caja de la arjonera Sandra Marcela Arrieta se ratifica como digna representante de una familia musical que siempre es noticia en cualquier contienda a punta de pitos y bajos, acompañados de la sonora percusión.

Su hija, Emelyn Fortich Arrieta, con sólo ocho años de edad, también camina por ese sendero musical como intérprete de la guacharaca, instrumento que aprendió a tocar en medio de un entorno de músicos, encabezado por su abuelo Jaime Arrieta, quien por más de 30 años ha dirigido una escuela de músicos en Arjona Bolívar.

La menor de ocho años, acompañó a Gabriel Ovalle en el concurso de acordeoneros infantiles, y a Kenny Castañeda en la categoría menor, convirtiéndose en foco de admiración, como representante de un apellido que traspasará generaciones y le dará realce en los diferentes escenarios festivaleros.

Sandra Arrieta es hermana de Yeimi Arrieta, aquella acordeonera que se ‘Peinó con la lengua’ para ganar la corona infantil en 2007, en medio de aplausos de reconocimiento por parte del público vallenato que, sin reparos, se doblegó en elogios ante el talento musical mostrado en una aguerrida final en el Parque de la Leyenda.

Pero esa herencia festivalera no para ahí, porque el digitador Ferney Arrieta también integra esa dinastía de artistas festivaleros, y su nombre se destaca a la hora de calificar un talento que corre por sus venas; porque las notas bolivarenses siempre serán protagonistas a la hora de escuchar una puya, un son, un merengue o un paseo.

“Desde los ocho años estoy concursando en el Festival Vallenato, y a medida que crecí he acompañado a diferentes acordeoneros como Fernando Rangel cuando fue rey juvenil; en 2001 fui reina de la caja y en 2020 reina mayor, además, estuve en varias finales, pero lo importante es que llevo en mi corazón al Festival de Valledupar, evento donde crecí, al igual que mis hermanos y ahora mi hija. Venir a Valledupar es pasar cinco o seis días mágicos, con una gente muy hermosa, amable, acogedora; unas calles arborizadas y un festival que cada día traspasa fronteras”, aseguró Sandra Arrieta.

Debido a la evolución que ha tenido la máxima fiesta de acordeones en el mundo, su acento bolivarense es cómplice de un reconocimiento cultural, en el que cada día, la mujer, gana más espacios en el folclor, en la música y en la dinámica laboral. “Los diferentes concursos de acordeones tienen cada día la participación de niñas y mujeres, lo que le da el toque de inclusión y cada vez nos apropiamos más de los festivales, vamos ganando terreno y empoderamiento a la hora de tocar un instrumento”, puntualizó.

La cadena de logros festivaleros para Sandra Arrieta se extendió al lado de la bolivarense Heinis Julieth Gulfo Palma, quien conquistó la corona en el concurso de acordeonera mayor en el Festival de la Leyenda Vallenata.

ALCALDIA MUNICIPAL DE

VALLEDUPAR

Los Arrieta, un legado musical que permanece en el Festival Vallenato