El retraso del vuelo 8580, con destino a la ciudad de Valledupar, marcó el inicio de un viaje a una ciudad descrita como mágica dentro del sorprendente Mundo Caribe, del Caribe Mágico, de esos destinos que son mirados en el resto del mundo como una experiencia única.
El encanto de la fiesta de acordeones más importante del país abraza a propios y extraños, quienes llegan habitualmente o vez por primera a disfrutar del Festival de la Leyenda Vallenata, ese que une a la ciudad y hace olvidar la cotidianidad, los problemas, las divisiones, y donde Valledupar se convierte en una ciudad que vive, disfruta, baila y se moja con la lluvia que cae por estos días del inicio de mayo.
El vuelo con conexiones al Aeropuerto Internacional El Dorado es anunciado con retrasos hacia la ciudad de Valledupar, mientras en la Capital Mundial del Vallenato, -a la misma hora-, la lluvia comenzaba a caer en el tradicional Desfile de Piloneras, efecto caprichoso del clima que hace sentir el aire fresco, ese que enfría un tanto el calor.
En la fría ciudad de Bogotá, muchos extranjeros que saben del Festival, esperan con ansias el anuncio para abordar el vuelo con destino a una ciudad que cada año los recibirá por más de una semana. Alexa, quien es nueva en esta experiencia, escucha los comentarios del desfile de Las Piloneras, Piloneritos y Piloneritas; y en su cabeza imagina literalmente lo que significa al buscar en un diccionario que el Pilón es un instrumento para ablandar el maíz, pero ¿Cómo pensar que un elemento importante en la cultura gastronómica se puede convertir en epicentro de una gran procesión festiva.
En su cabeza rondan otras preguntas, y le cuesta entender cómo niños, adolescentes, adultos y adultos mayores esperan un año por ese desfile para bailar al ritmo contagiante y pegajoso de un estribillo: "A quién se le canta aquí, a quién se le dan las gracias", un ritmo acompasado por acordeones que se escucha por todos los rincones de la ciudad.
Al aterrizar en el aeropuerto 'Alfonso López Pumarejo', Alexa encuentra gente sonriente, mujeres con flores en la cabeza, adornando hermosas cabelleras. Un taxista amable le ofrece ubicarla en un hotel en el centro histórico y mientras ella lo interroga sobre el tiempo estimado de viaje, el conductor le contesta: "No se preocupe, en el Valle todo es cerca". Sorprendida, con semejante respuesta tan sencilla y jocosa, emprenden viaje hacia el centro de la ciudad maravillada por el ambiente del Festival.
Mientras avanza en el taxi, en la radio suena la canción 'Ausencia Sentimental', de 'Rafa' Manjarrez, que se convirtió en un himno no oficial del Festival: "Ya comienza el festival vinieron a invitarme, ya se van los provincianos que estudian conmigo...", se escucha la voz de Silvio Brito que llega a sorprender y a enamorar a Alexa, ampliando su noción del folclor vallenato como genuina expresión de nuestro sentir.
Ya en el centro histórico de la ciudad, la turista española se encuentra con callejones, casas coloniales y toda una ambientación decorada con la temática del Festival de la Leyenda Vallenata, que en su edición 57 rinde homenaje al cantante Iván Villazón Aponte, uno de los máximos exponentes del folclor en esta región.
Al llegar al hotel, mira su reloj. El viaje que parecía interminable, -por lo admirado y vivenciado-, sólo duró ocho minutos, tiempo suficiente para enamorar a Alexa de una ciudad como Valledupar, mágico lugar en el que, como bien lo dijo el taxista: 'Todo es cerca'.